EL PROBLEMA NO ES EL DOLOR

El dolor te hace sufrir, pero no te destruye. El problema es la soledad engendrada por él. Es lo que te mata lentamente, lo que te aisla de los demas y el mundo.Y lo que despierta lo peor que hay en ti.

miércoles, 29 de febrero de 2012

PREMIO NOBEL DE MEDICINA HABLA DE LA MAFIA FARMACEUTICA Y MÉDICA

Nuestra amiga juani nos manda esta entrevista esclarecedora de lo que hacen con nosotr@s.
Premio Nóbel de Medicina: Las Farmacéuticas bloquean las medicinas que curan porque no son rentables impidiendo su distribución, 
El ganador del Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts denuncia la forma en la que operan las grandes farmacéuticas dentro del sistema capitalista, anteponiendo los beneficios económicos a la salud y deteniendo el avance científico en la cura de enfermedades porque curar no es tan rentable como la cronicidad.
   Hace unos días se publicó una nota sobre datos revelados que muestran que las grandes compañías farmacéuticas en Estados Unidos gastan cientos de millones de dólares al año pagando a doctores para que éstos promuevan sus medicamentos.  Para complementar reproducimos esta entrevista con el Premio Nobel de Medicina Richard J. Roberts quien señala que los fármacos que curan no son rentables y por eso no son desarrollados por las farmacéuticas que en cambio sí desarrollan medicamentos cronificadores que sean consumidos de forma serializada. Esto, señala Roberts, también hace que algunos fármacos que podrían curar del todo una enfermedad no sean investigados. Y se pregunta hasta qué punto es válido y ético que la industria de la salud se rija por los mismos valores y principios que el mercado capitalista, los cuales llegan a parecerse mucho a los de la mafia. La entrevista originalmente fue publicada por el diario español La Vanguardia:
¿La investigación se puede planificar? - Si yo fuera ministro de Sanidad o el responsable de Ciencia y Tecnología, buscaría a gente entusiasta con proyectos interesantes; les daría el dinero justo para que no pudieran hacer nada más que investigar y les dejaría trabajar diez años para sorprendernos.
- Parece una buena política. - Se suele creer que, para llegar muy lejos, tienes que apoyar la investigación básica; pero si quieres resultados más inmediatos y rentables, debes apostar por la aplicada…
- ¿Y no es así? - A menudo, los descubrimientos más rentables se han hecho a partir de preguntas muy básicas. Así nació la gigantesca y billonaria industria biotech estadounidense para la que trabajo.
- ¿Cómo nació?
- La biotecnología surgió cuando gente apasionada se empezó a preguntar si podría clonar genes y empezó a estudiarlos y a intentar purificarlos.
- Toda una aventura. - Sí, pero nadie esperaba hacerse rico con esas preguntas. Era difícil obtener fondos para investigar las respuestas hasta que Nixon lanzó la guerra contra el cáncer en 1971.
- ¿Fue científicamente productiva? - Permitió, con una enorme cantidad de fondos públicos, mucha investigación, como la mía, que no servía directamente contra el cáncer, pero fue útil para entender los mecanismos que permiten la vida.
- ¿Qué descubrió usted? - Phillip Allen Sharp y yo fuimos premiados por el descubrimiento de los intrones en el ADN eucariótico y el mecanismo de gen splicing (empalme de genes).
- ¿Para qué sirvió?
- Ese descubrimiento permitió entender cómo funciona el ADN y, sin embargo, sólo tiene una relación indirecta con el cáncer.
- ¿Qué modelo de investigación le parece más eficaz, el estadounidense o el europeo?
- Es obvio que el estadounidense, en el que toma parte activa el capital privado, es mucho más eficiente. Tómese por ejemplo el espectacular avance de la industria informática, donde es el dinero privado el que financia la investigación básica y aplicada, pero respecto a la industria de la salud… Tengo mis reservas.
- Le escucho. - La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.
- Explíquese. - La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital…
- Como cualquier otra industria. - Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.
- Pero si son rentables, investigarán mejor. - Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.
- Por ejemplo… - He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad
- ¿Y por qué dejan de investigar? - Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que hacen crónica la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.
- Es una grave acusación. - Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para convertir en crónicas dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que le digo.
- Hay dividendos que matan. - Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.
- ¿Un ejemplo de esos abusos? - Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas.
- ¿No me habla usted del Tercer Mundo? - Ése es otro triste capítulo: apenas se investigan las enfermedades tercermundistas, porque los medicamentos que las combatirían no serían rentables. Pero yo le estoy hablando de nuestro Primer Mundo: la medicina que cura del todo no es rentable y por eso no investigan en ella.
- ¿Los políticos no intervienen? - No se haga ilusiones: en nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.
- De todo habrá. - Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo- dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras…

 _________________________________________________________________________________________________
DEMOLEDOR,  DURÍSIMO Y ESCLARECEDOR EDITORIAL SOBRE EL SISTEMA  SANITARIO          Que el  Director de Discovery  DSALUD, José Antonio Campoy, lleva años sin cortarse un  pelo a la hora de denunciar la actual corrupción del sistema sanitario, es  bien sabido por todos quienes le siguen -cerca de 100.000 personas cada mes  sólo a través de la web www.dsalud.com <http://www.dsalud.com/> (datos oficiales deUrchin Software Corporation)- pero  ciertamente en el editorial de la revista correspondiente a Febrero que acaba  de salir a la calle, se ha superado. Así que dado su interés y con permiso de  la empresa editora, esta vez nos hacemos eco del mismo reproduciéndolo entero  en la seguridad de que muchos internautas querrán difundirlo entre sus  contactos. Este es el texto que transcribimos tal cual:
 
  
Los desvaríos  del Ministerio de  Sanidad

    En el ámbito  de la salud es igual quién gobierne en España: al frente del Ministerio de Sanidad  siempre se designa a alguien que termina estando al servicio de los grupos de  poder, muy especialmente el de las multinacionales farmacéuticas. Así que la  posibilidad de que la sociedad acceda algún día a médicos y servicios de salud  realmente eficaces y curativos en lugar de paliativos y iatrogénicos es nula.  ¿Que ello lleva a la desesperación a millones de personas, ignorantes de que  se les está engañando? No  importa. ¿Que ello lleva a la muerte sólo en nuestros hospitales  públicos a más de 400.000 personas cada año mientras son  tratadas de esa manera,  (morbilidad hospitalaria española según el Instituto Nacional de Estadística)?  No importa.


    ¿Que los médicos empiezan a ver desesperados cómo cada año la industria se  inventa nuevas enfermedades para así poder vender fármacos específicos para ellas –una  auténtica burla en realidad- y en estos momentos es ya tal la cantidad de  patologías existentes –miles- que ni los propios galenos conocen  sus nombres y los síntomas que se supone les caracteriza siendo por ello  incapaces de identificarlas y, por tanto, de afrontar el problema de sus  enfermos? No importa.

    ¿Que la industria ha decidido, dada la imposibilidad de curar con sus fármacos  una sola de sus inventadas enfermedades, hacer negocio alegando que sí puede  prevenirlas comercializando para ellas todo tipo de vacunas que dar a las personas sanas? No importa. ¿Que esas vacunas no previenen nada  porque jamás una sola vacuna ha demostrado prevenir una sola enfermedad? No importa.

    Y retamos públicamente a los colegios médicos, a los laboratorios y al  Ministerio de Sanidad a que nos entreguen la documentación científica que  prueba que al menos una sí lo logra. Que nos demuestren que hay una sola vacuna que  previene alguna enfermedad. La que sea. Es  más, les retamos a que nos  demuestren que el VIH existe y es la causa del SIDA. Y que los tratamientos  oncológicos oficialmente aprobados y de obligado uso en los centros públicos  previenen o curan el cáncer. O que una sola de las drogas usadas por los  psiquiatras previene o cura alguna de las inventadas enfermedades  psiquiátricas. O que conocen siquiera un solo fármaco que prevenga o cure  alguna de las llamadas enfermedades crónicas y degenerativas. Y nos da igual  si es un fármaco para el Parkinson, el Alzheimer, la Ataxia Cerebelosa,  la Esclerosis  Múltiple, la Fibromialgia, la Fatiga Crónica, la  Psoriasis, el Lupus Eritematoso, la Sensibilidad Química  Múltiple o cualquier otra de las miles de enfermedades hoy  catalogadas. Es más, que nos demuestren que hay un solo fármaco realmente  eficaz que prevenga o cure cualquiera de las enfermedades más simples: el resfriado, la  gripe común, el acné, una rinitis…  No podrán porque no existen tales  fármacos. Nada de lo que hemos comentado pueden demostrarlo científicamente.  En cambio, sí está científicamente constatada la enorme peligrosidad de casi  todos ellos: incluidas las vacunas  con las que irresponsablemente se inocula a los bebés y los  niños.

    Luego, ¿qué está pasando? ¿Cómo es  posible que los médicos sigan haciendo el juego a la mafia que dirige un sistema sanitario tan  podrido como el implantado por quienes controlan el negocio mediante  testaferros en la OMS, las agencias internacionales de presunto control de  fármacos, los ministerios de Sanidad, los colegios médicos y las facultades de  Medicina? Y, sobre todo, ¿cómo es posible que se mienta una y  otra vez públicamente sin que a nadie le pase nada? ¿Cómo es posible que se  haga el juego a empresas que en las últimas décadas han sido llevadas a los  tribunales en innumerables ocasiones por graves delitos con resultado de  millones de víctimas -entre ellas decenas de miles de muertes- cuyos  dirigentes no están en la cárcel porque el podrido sistema político-judicial  occidental les permite comprar con dinero su inpunidad?

    Que el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad diera a conocer el  pasado mes de diciembre un informe diciendo, por ejemplo, que sólo unas pocas de las “llamadas  terapias naturales han demostrado su eficacia en situaciones clínicas  concretas mediante la aplicación de métodos científicos” es una burla. Porque  ni uno solo de los fármacos que el ministerio ha aprobado, ha demostrado  científicamente prevenir o curar una sola patología. Es más, ¿cómo permite el  ministerio, por  ejemplo, que haya médicos que digan que los productos homeopáticos no sirven  para nada cuando tienen hoy la consideración de fármacos y su venta está  restringida a las farmacias? Si no sirven para nada, su venta es una estafa y  debería procesarse de inmediato a quienes los fabrican, los comercializan y  los distribuyen pero, sobre todo, a los médicos que los recetan, a los  farmacéuticos que los venden y a los responsables sanitarios que los han  aprobado. ¡Todos a los  tribunales! Y si no procede… ¡que se lleve a los tribunales a  quienes se burlan de ellos por intentar engañar gravemente a la población! La  verdad es que vivimos una situación esperpéntica. El Ministerio de Sanidad debería replantearse  en serio la eficacia de los tratamientos y productos que financia el estado.  ¡Ya está bien de despilfarrar miles  de millones de euros en productos iatrogénicos que ni previenen ni curan  nada! Es hora de que alguien ordene que se revise lo aprobado  hasta hoy. Es indignante que se exija un comportamiento ético a todo el mundo…  y se obvie a los agentes involucrados en el “negocio de la enfermedad”. Hay que regenerar  urgentemente el putrefacto sistema sanitario a nivel mundial pero para eso  debemos empezar haciéndolo nosotros en nuestra propia casa. Es cada vez más  urgente.

                                                 José  Antonio Campoy. Director.

No hay comentarios:

Publicar un comentario