COPIAPEGADO DE ESPABILAOMUERE
El 18 de julio Ibon Iparragirre Burgoa, fue agredido por el jefe de
servicios de la prisión de Alcala-Meco, el cual le dió cinco tortazos en
la cara, entre insultos tales como “hijo de puta”, “cabrón”, “maricón” y
amenazas de atarle en la celda de castigo y no soltarle aunque se
cagara y se meara encima.
Ibon ha recibido ya varios partes durante
los últimos meses, la mayoría de ellos por provocaciones cuando no
invenciones de los propios funcionarios, y algunos derivados de su
propia enfermedad neurológica que hace que no pueda tener la celda
ordenada tal y como exigen las normas penitenciarias, pues entre otros
síntomas, prácticamente no ve.
Como consecuencia de estos partes
deberían meterlo en el módulo de aislamiento, pero no lo hacen, debido,
entre otras cosas, a que lo prohíbe la propia legislación
penitenciaria, y sobre todo, porque eso le permitiría estar con el resto
de presos políticos vascos que permanecen o transitan por ese módulo.
Recordemos que durante los últimos 20 meses Ibon permanece en un módulo
normal, rodeado de presos sociales, pero totalmente aislado del resto de
los presos políticos.
El lunes pasado, 18 de julio, el jefe de
servicios de la cárcel de Alcala-Meco se dirigió a Ibon y le ordenó que
se metiera en una garita, a lo cual Ibon se negó – ya que anteriormente
ha sido agredido por los funcionarios dentro de ese compartimento-. Por
lo visto, el propósito era comunicarle la resolución de otro parte, pero
esta vez además de leérselo (Ibon no puede leer) lo trasladaron al
módulo 7 (de aislamiento) con el jefe de servicios al frente y rodeado
de otros cuatro funcionarios, y fué allí, delante de los presos de dicho
módulo donde fue insultado, amenazado, agredido y encerrado en una
celda para, al breve rato, ser nuevamente reconducido al módulo 5, que
es donde se encontraba.
Ibon llamó el mismo día para informar de lo
sucedido, y aunque manifestó que se encontraba bien, insistió en que
difundiéramos la agresión sufrida.
La plataforma Iparra Galdu Baik
quiere recordar que Ibon ha sido agredido físicamente cinco veces en los
últimos 30 meses, y que ha pasado más de un año desde que le hicieron
la última resonancia magnética, a pesar de que el plazo regular es cada
seis meses. En consecuencia, ahora mismo no se puede saber cual es la
evolución que ha sufrido la “encefalopatía multifocal progresiva” que
-entre otras cosas- tiene diagnosticada. Además, esta última agresión
nos alerta sobre la gravedad de su situación, y ante ello, reafirmamos
nuestra petición de que regrese a casa cuanto antes, donde pueda recibir
la atención, seguimiento y tratamiento médicos que precisa.
En Ondarroa, el 20 de julio del 2016.
Plataforma Popular IPARRA GALDU BAIK.
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