Mis recuerdos con Fran, precioso Sandokan, son basicamente en su coche escuchando techno a toda máquina y dandome cuenta que yo era un pincha sin estudios. Como un rockero que hace rock sin haber escuchado rock en su vida.
Fran respiraba le electrónica y la noche como nadie pese a su epilepsia que le causó la muerte ademas de varios sustos como todos los que padecen esa imprevisible enfermedad. El Lua Chea ( en Alcorcón ), su primer garito fundado en pleno extasis Expo-olimpiadas en 1992 era pura música de base, jazz, rock, soul, punk, blues y psicodelia, donde desde el primer día te sentías como en casa y pese a estar lejos de la ciudad nos embarcabamos tras salir casi de día de trabajar a tomar la última sabiendo que cerraba poco.
Fran era la visión profesional en las reuniones Zapatillas, el padre del cordero, el visionario y el que ponía la cordura en un colectivo tan dispar como divertido. Tanto en La sala Caracol como en el Revolcón donde empezó su carrera como Dj demostró que no se iba a quedar en la superficie.
Alucinantes sus sesiones a cuatro platos con el grandiosérrimo Dj Rath que me dejaban con la baba cayendo y pensando " no valgo para esto, me queda lo mas grande".
El colectivo Pachamama donde Fran pinchaba con el pseudónimo Dr María nos regalaron grandes fiestas en algunas discos con piscina que solo habíamos visto en las revistas.
Y el Yasta única discoteca a la que acudí sin incomodidades aunque los puertas te recordaran que era una fucking discoteca, grandes djs tuve el placer de ver desde atras, curioseando sus tacticas y trucos.
Los domingos dejaron de ser aburridos durante un año que nos cedieron la sala.
En fin Fran que te echamos mucho de menos y que me recuerda que tengo que hablar con Tox, Rata, Fuman, Koldo, Jevi, Belen, Monch, Ana, Canallita, Bola, Eva, Kepa, Tomas y todos los demas para hacer un artículo completo sobre el colectivo Zapatilla Sound System que en la primera mitad de la primera década del nuevo siglo organizaron las mejores fiestas Raves de todo el estado.
Por Fran haremos el esfuerzo y el gusto de juntarnos a recordar como sobrevivimos a la locura y la responsabilidad de mover las caderas de miles de personas sin apenas medios ni promoción.
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